La preocupación por la salud y viviendas sostenibles abren oportunidades para el sector de la madera

La crisis provocada por el coronavirus ha afectado de manera directa al sector de la Construcción y plantea dudas a corto y medio plazo como por ejemplo si se continuará construyendo el mismo número y el mismo tipo de viviendas. Los expertos apuntan que, siempre que la economía lo permita, el sentimiento de vulnerabilidad frente a nuevas pandemias hará que aumente la demanda de viviendas más sostenibles y en entornos más saludables.

La sociedad actual es conocida como la ‘indoor generation’. En situaciones normales  pasamos el 90% de nuestro tiempo en espacios cerrados: hogar, trabajo, gimnasio, etc. El confinamiento de las últimas semanas a causa del Coronavirus, durante el que hemos pasado aún más tiempo en nuestros hogares, ha hecho que nos planteemos si éstos cuentan con estancias versátiles y si cubren todas nuestras necesidades de ocio, estudio y trabajo.

Este cambio de paradigma provocado por el Covid-19 también ha hecho que nos planteemos  la necesidad de vivir en casas más naturales, más sostenibles, más saludables. La incorporación de elementos que mejoren la salud también se traslada a los equipamientos como escuelas, hoteles, oficinas u hospitales.

Un posible ejemplo de construcción sostenible son los edificios en los que la madera es el elemento principal, como los que fabrica la compañía especializada en construcción pasiva industrializada ARQUIMA (www.arquima.net).

Según José Antonio González, fundador y CEO de ARQUIMA: “En España, un país con mucha tradición de construcción con hormigón, hay muchas reticencias y tabús para la construcción en madera, pero en países como Estados Unidos el 80% de las viviendas se fabrican en madera y en Europa este tipo de construcción está creciendo de manera exponencial.  La crisis sanitaria provocada por el Covid-19 acelerará esta tendencia también en nuestro país y ayudará a tomar mejores decisiones a la hora de construir edificios e infraestructuras de servicios.”.

Un estudio publicado recientemente por la Universidad de la Columbia Británica y FPInnovations concluye que hay una estrecha relación en cuanto a la madera y la salud humana. La presencia de madera en interiores reduce la activación del Sistema Nervioso Simpático y la reacción de nuestro cuerpo frente al estrés. La composición química de la madera presenta similitudes con la de nuestro cuerpo, por lo que, a nivel energético, es un material que aporta equilibrio entre cuerpo y mente y con la naturaleza. En los ultimos años, de manera especial en Estados Unidos y en los países nórdicos, ha aumentado el uso de la madera en Hospitales y Centros Médicos, ya que se ha demostrado que promueve la recuperación, reduce el estrés y mejora el ánimo, ayudando a estimular la salud física y mental y el bienestar.

La Plataforma Passivhaus, a la cual pertenece ARQUIMA,  recuerda la importancia, y ahora de una manera especial, que nuestros edificios garanticen los niveles óptimos de calidad de ambiente interior. Las viviendas pasivas regulan la temperatura, la humedad, las concentraciones de CO2 y otros patógenos y contaminantes cuidando nuestra salud. Además de contar con un aislamiento adecuado, este tipo de viviendas filtran todo el aire que se introduce para la renovación higiénica, garantizando unas condiciones óptimas de confort en el interior.

 

Las viviendas y los equipamientos deben ser espacios personales que potencien la salud y el bienestar físico y psíquico de sus usuarios. Edificios sin efectos negativos para la salud de sus habitantes ni para el medio ambiente. Espacios de vida que nos aporten confort, relajación y que nos ayuden a realizar la reconexión y regeneración diaria a nuestros cuerpos y mentes.

 

“En ARQUIMA hace años que estamos concienciados sobre el problema que suponen los interiores mal ventilados y compuestos por materiales tóxicos, por eso construimos edificios saludables en los que el bienestar de las personas sea prioritario y lo hacemos a través de materiales naturales sin transformar, por sus cualidades biológicas y por su inocuidad ambiental. Estamos convencidos que ese es el futuro de la Construcción”, apunta González.