El proveedor como principal aliado de la modernización
SERRET se transforma en una carpintería técnica, de la mano de AIRMATIC
SERRET (www.serretmoblesamida.com) es un ejemplo de transformación y superación en plena crisis. A partir de una carpintería tradicional con cuarenta años de trayectoria, prácticamente ha nacido una nueva empresa moderna y competitiva, en plena crisis. Cambiaron de taller, automatizaron su producción y generaron una exposición. Su iniciativa es un ejemplo para otras personas.
El cambio tecnológico de SERRET no se cimenta tanto en la adquisición de un centro de mecanizado HOLZ HER, como en el esfuerzo personal de asimilar unos nuevos conocimientos, transfiriendo al taller el buen oficio carpintero desde un software hasta la máquina, multiplicando las posibilidades de diseño y garantizando precisión, rapidez y calidad de acabado. “AIRMATIC no nos ha suministrado simplemente una máquina aislada, sino todo un sistema integrado que incrementa nuestra creatividad, agilidad, productividad y competencia”, afirma el gerente de la empresa, Albert Serret.
Otro aspecto a observar en SERRET, poco habitual en los talleres artesanales, por modernos que sean, es la atención al marketing y las redes sociales. Katia Botta es la responsable de este apartado, y sin duda ha logrado que SERRET transmita una imagen moderna, que se ha complementado con la comunicación al exterior de los cambios introducidos en la empresa, a través de la web e incluso jornadas técnicas.
“Uno mismo lleva consigo el espíritu de superarse, cambiar y mejorar –afirma el gerente de SERRET-. Pero todo es más fácil cuando te rodeas de proveedores y colaboradores que también miran hacia adelante, nos asesoran con profesionalidad y entusiasmo. Si estamos creciendo y avanzando es gracias también a nuestro equipo formado por profesionales, que trabajan con ilusión y afán de superación”.
Experiencia y saber hacer
Hace 15 años que SERRET está en el mercado, en un taller muy pequeño, de 50 metros cuadrados. Poco a poco, la firma barcelonesa fue creciendo, contratando personal y adquiriendo mejores máquinas para llevar a cabo su trabajo.
Así transcurrieron diez años, en los que SERRET no dejó de ser una carpintería tradicional. “Hasta que llegó la crisis, no nos habíamos planteado nunca nada especial, porque siempre había trabajo –recuerda Albert Serret-. Pero la coyuntura adversa nos hizo replantearnos el camino, y decidimos diferenciarnos de los demás, haciendo cosas que resultara difícil acometer a nuestra competencia”.
El primer paso en este cambio fue el traslado en 2010 a un nuevo taller, ubicado en el polígono Can Roqueta, en Sabadell. La empresa inició el montaje de una exposición, donde el cliente pudiera ver y tocar el producto. Entretanto, Albert comenzó a delegar funciones en otras personas del taller.
Pero la crisis continuó. Y se acentuaba cada vez más. En el nuevo taller había espacio. “Acudimos a AIRMATIC, nuestro proveedor de maquinaria, que más que eso es para nosotros un asesor de confianza, y decidimos adquirir un centro de mecanizado a control numérico”, explica el gerente de SERRET.
En la adaptación a la nueva realidad se consumió medio año. Hoy en SERRET se ha instalado una nueva mentalidad, derivando hacia lo que se podría denominar una carpintería técnica, y todo lo que se fabrica pasa por esta nueva máquina. “¿Dónde estaríamos ahora de no haberla comprado?”, se pregunta Albert Serret.
El carácter de Katia Botta, Responsable Comercial y de Proyectos en SERRET, fue también determinante en esta transformación.
El Sistema AIRMATIC
SERRET no sólo ha comprado un centro de mecanizado, sino que ha cambiado absolutamente su forma de trabajar. Cada proyecto emerge en la oficina técnica desde el software “Cabinet Control”. A partir de ahí, todos los procesos se gobiernan y controlan desde un ordenador, que emite etiquetas con códigos de barras que portan las instrucciones para el centro de mecanizado. “El mueble ya se piensa en cotas, encajes, planos…; cosas que parecen complicadas que facilitan mucho la fabricación y el montaje. Ahora alcanzamos mucha más precisión y perfección en el producto, respecto a la labor casi artesanal que antes desempeñábamos”, apostilla Albert Serret.
El cliente también se ha dado cuenta de este cambio. Solicita cosas nuevas, que ahora es posible realizar. Porque SERRET desarrolla progresivamente, en colaboración con los prescriptores, diseño y soluciones integrales para espacios.
Para ello ha incorporado un arquitecto en la oficina técnica. La interpolación de esta figura fue una necesidad que se generó a raíz del cambio tecnológico, y también de la mejora de la productividad.
SERRET es hoy una empresa competitiva. “Todo es más ágil, más mecanizado… más fábrica -señala su gerente -. Estamos igualmente preparados para hacer un pequeño mueble de baño muy complicado, que para hacer una serie de ochenta muebles de baño”.
“Hemos pasado de ser el carpintero, a la empresa de muebles de diseño, a medida. Nos gusta aportar novedades, acabados, herrajes y mecanismos novedosos, proponérselo al prescriptor”, concluye Katia Botta.
SERRET no se detiene aquí. En un proceso continuo de mejora, no cesa en su propósito de ser capaz de ofrecer a particulares y colectividades soluciones para sus proyectos de interiorismo. Y que todos y cada uno de ellos queden satisfechos con el trabajo realizado.